Saba es consciente de que los mejores resultados siempre están vinculados a las mejores maneras de operar. Avanzar hacia una competitividad sostenible y socialmente responsable es un reto de excelencia para las empresas de primer nivel. Es caminando hacia esos criterios sostenibles y socialmente responsables que Saba conseguirá el nivel de excelencia adecuado para consolidarse como la compañía de referencia que es y que aspira a seguir siendo. Saba integra la sostenibilidad como un factor inherente a la toma de decisiones. Esta voluntad se traduce en su incorporación a los procesos de gestión interna, al mismo nivel de factores como el análisis de rentabilidad de los proyectos, el coste de financiación, la estrategia comercial o las tecnologías de la información, entre otros aspectos.
El conjunto de la organización participa y colabora, en diferentes grados, en la implementación de una cultura de RSC en Saba que tiene algunos de sus principales pilares en la transversalidad y el compromiso con las comunidades locales en las que Saba desarrolla su actividad, con la implicación de todos los equipos humanos del conjunto de países donde opera; en la movilidad sostenible y la calidad del servicio ofrecido al cliente, como identidad de marca; y en el medio ambiente y los aspectos sociales y éticos, como elementos diferenciadores de la compañía. La integración y consolidación de la RSC en el negocio permitirá a Saba fortalecer la transparencia, el acercamiento y la correcta gestión de los grupos de interés.
Equipo humano
Personas
Contratos indefinidos
Las personas que conforman Saba son la base esencial para el desarrollo, el crecimiento y lo que podría denominarse como el estilo Saba: cultura de servicio al cliente, compromiso con el entorno, responsabilidad y honestidad con los proveedores e implicación con la sociedad. Saba trabaja para garantizar la igualdad de oportunidades y la no discriminación por razón de género, raza, país de origen, religión o edad.
Saba involucra a toda la organización con las mejores prácticas de Buen Gobierno Corporativo, estableciendo vías de comunicación con la Misión, los Valores, el Código Ético y la estrategia de negocio y desarrollo, además del refuerzo de la interacción con los grupos de interés, permitiendo por tanto obtener un feedback constante y alinear así el desempeño de la actividad de la compañía con las expectativas en materias como calidad, información o transparencia. Asimismo, el impulso dado en 2016 al Manual de Prevención de Delitos ha culminado, ya en 2017, con la aprobación del mismo por parte del Consejo de Administración de la compañía.
En este capítulo, otro de los ejes de actuación pasa por el trabajo continuo de Saba hacia la integración laboral con la firma de acuerdos con empresas y fundaciones que faciliten la inserción de colectivos con dificultades para incorporarse al mundo laboral. La capilaridad y penetración territorial propia del negocio de la compañía facilitan esta capacidad para intentar atender las demandas en esta área. Podrían destacarse aquí los acuerdos con la Fundación ONCE y el Grupo Sifu para la subcontratación de servicios auxiliares en aparcamientos, en estos casos, impulsando la integración de personas con discapacidad. Actualmente, el 3,6% de la plantilla de Saba en España la conforman personas con algún tipo de discapacidad. Subrayar, también, la adhesión al Programa Incorpora de la Obra Social “La Caixa”, una iniciativa basada en la intermediación laboral que tiene como objetivo facilitar la integración en el mercado de trabajo a personas en riesgo de exclusión social.
Distribución de la plantilla por género
Distribución de cargos directivos por género
Saba insiste en un esfuerzo continuado para identificar las mejores prácticas en términos de eficiencia energética y, en este sentido, desde 2011 lleva a cabo una serie de actuaciones que revierten en más ahorro, en la optimización de la gestión y, en definitiva, en consolidar la marca Saba como un operador industrial de referencia, comprometido con la sostenibilidad.
Desde 2011, Saba calcula anualmente su huella de carbono con el objetivo de conocer el impacto de la empresa sobre el cambio climático, así como la evolución de las emisiones. Este impacto se mide a través de un inventario en el que se establecen los límites operacionales de acuerdo con lo establecido en “The Greenhouse Gas Protocol”, a Corporate Accounting and Reporting Standard, y en las directrices de la ISO 1406-1:2012.
En 2016, y con la finalidad de seguir implementando medidas de reducción más eficientes y avanzar hacia la excelencia en sostenibilidad, Saba se ha sometido de forma voluntaria y por segundo año consecutivo a una verificación de la huella de carbono por un tercero independiente, en un proceso de transparencia y análisis exhaustivo de los datos. En este sentido, las emisiones totales de CO2 en 2016 se situaron en las 12.162 t, lo que representa un descenso en las emisiones del 10% respecto a 2015, un claro reflejo del esfuerzo por impulsar mejoras en este ámbito, de forma paralela al desarrollo y crecimiento de la red de aparcamientos.
Emisiones de CO2
Saba es miembro del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, apoyando los diez principios promovidos por esta institución, una referencia en derechos humanos, derechos laborales, medioambiente y lucha contra la corrupción. La compañía mantiene su compromiso para hacer del Pacto Mundial y de sus principios, parte de la estrategia, la cultura y las acciones cotidianas de la compañía, así como a involucrarse en proyectos cooperativos que contribuyen a los objetivos más amplios de desarrollo de las Naciones Unidas. Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Asimismo, desempeña su actividad en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, especialmente en los que conciernen a la acción por el clima, en la línea de las medidas de eficiencia energética, y a las ciudades y comunidades sostenibles, con el desarrollo de soluciones en el ámbito de la movilidad urbana.
Saba cumplió 50 años en 2016. Medio siglo después de la primera concesión en Barcelona, la reconversión de Saba es equivalente a la experimentada por las ciudades: 50 años de transformación de las ciudades son 50 años de permanente desarrollo para Saba, de reformulación comercial y tecnológica y de consolidación de un proyecto a largo plazo orientado a la calidad de servicio y la movilidad sostenible como eje de actuación. Una compañía en cuyo ADN la concesión, la colaboración público-privada y la vinculación con el territorio en el que opera, constituyen su naturaleza y le permiten establecer el diálogo adecuado con los diferentes actores con los que coopera —Administraciones, instituciones, personas— captar sus necesidades e implantar y desarrollar fórmulas de progreso, gracias a un equipo humano comprometido.
Saba continuará su camino hacia la sostenibilidad, la responsabilidad empresarial y el pleno convencimiento de ser partícipe en el progreso de la sociedad y de las ciudades con las que ha interactuado desde 1966. Es en este sentido en el que se enmarcan los acuerdos y colaboraciones que Saba establece con diferentes instituciones y que reflejan los objetivos de la compañía en materia de medio ambiente y protección de colectivos desfavorecidos, como por ejemplo los alcanzados con la Fundación Roger Torné, la Fundación Plant for The Planet o la Fundación Pere Tarrés. También, una vinculación con la sociedad a través de iniciativas como el Proyecto de Vida Profesional, impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona, entre otras instituciones, dirigido a convertirse en una herramienta de soporte a la orientación académica y profesional al servicio del alumnado y profesorado de los centros educativos.
Medio Ambiente
Infancia
Orientación académica y profesional
